A la sombra
“El poder en la sombra” de ROBERT HARRIS. Es un bifrontismo literario con dos historias ligadas.
ROBERT HARRIS publicó en 2007 un libro bajo el nombre “The Ghost” y luego, en 2010 para el estreno de la película basada en este libro, lo rebautizó como “The Ghost Writer”; Harris también participó en la escritura del guión de la película, sospecho que la razón de cambiar el nombre fue para alcanzar mejores ventas con un mismo nombre.
Un “ghostwriter” es un escritor profesional, a quién se contrata para escribir a título de otra persona, sin hacer público su propio nombre; se contratan con mucha frecuencia para escribir biografías o discursos de figuras públicas notables, incluso escritores consagrados suelen tener un equipo de ghostwriters que se encargan de gran parte de los textos.
Ha sido una práctica muy utilizada por mucho tiempo en todas las artes, tampoco es algo nuevo; autores como Alejandro Dumas padre o el mismo Rubén Darío usaron ghostwriters en su producción literaria; un caso muy documentado es el Réquiem de Mozart, es una obra que escribió Mozart para que lo firmara otro músico.
También es muy normal referirse a este tipo de escritor como “Negro Literario”, no se hace de forma despectiva más bien es aceptado, sin embargo, yo particularmente me voy a referir en este ensayo como ghostwriter (escritor fantasma) porque me parece más puntual en este libro; se trata de un escritor que opera siempre a la sombra, como un fantasma, en la obra literaria de otra persona.
Y además, el libro abarca dos ejes; uno es el escritor contratado para darle forma a las memorias del ex primer ministro del Reino Unido Adam Lang y dos, los hilos que realmente manejan el poder en la política.
Ahora es importante aclarar que la edición en español que leí, traducida por FERNANDO GARI PUIG, siempre se ha llamado “El poder en la sombra” desde su publicación en 2009 y me parece un título más preciso con la historia que se desarrolla.
A nivel conceptual, Robert Harris hizo un extraordinario trabajo, sobre todo construyendo la jerarquía de los personajes, pero también con el eje dramático de la obra.
Primero están los Lang, Adam y Ruth, como el foco central del conflicto de la historia; Adam fue primer ministro y ahora, fuera de la política, extraña el poder que ostentaba antes. Por lo tanto acepta vender sus memorias por diez millones de dólares al sello editorial Rhinehart Publishing.
Debajo de ellos está el equipo de la oficina de Adam Lang, liderados por Amelia Bly, que se encargan de la cara pública de Lang, o mejor dicho que la cara pública de Lang no salga tan sucia. Uno de los miembros de ese círculo cercano, Mike McAra, es el encargado de empezar a escribir las memorias de diez millones de dólares, pero muere en circunstancias muy sospechosas. Algunos dicen que estaba borracho y por eso se cayó por la borda del ferry.
En un círculo más abajo se encuentran los abogados que se están encargando de publicar las memorias; los abogados de Adam Lang y los abogados de Rhinehart Publishing. Al enterarse que el escritor ha muerto deciden contratar un escritor fantasma para que termine el libro.
Unos cuantos círculos más abajo encontramos a nuestro protagonista y aquí es donde Robert Harris potencia conceptualmente la obra, porque nunca conocemos el nombre del protagonista; no tiene nombre propio, es un fantasma, un objeto, una pieza. Las conversaciones que tienen siempre son directas con el interlocutor y se refieren al protagonista como usted, tu, ¡oye tú! Nunca lo llaman por su nombre de pila, ni siquiera su representante lo llama por su nombre propio, o un apodo al menos. Y esto me parece un punto a favor de la obra como concepto.
La escritura de las memorias se debe hacer en la casa de Marty Rhinehart en Martha’s Vineyard, una isla al este de Massachusetts, de modo que el ghostwriter debe vivir unos días ahí, junto con el círculo de asistentes de Lang y los guardaespaldas. Incluso, en esta casa de Vineyard vive una pareja de vietnamitas que se encargan del servicio; Duc y Dep. Durante todo el libro las interacciones con ellos son mínimas, muy discretas, con pocas palabras, pero ellos tienen nombre, todos se refieren a ellos por sus nombres. A diferencia de nuestro protagonista, que es un simple escritor fantasma.
Pero, encima de todos estos círculos jerárquicos de personajes existe un personaje más, uno que está sobre todos los poderes, uno que ostenta el verdadero poder en la sombra.
El eje dramático transita entre el poder; los diferentes niveles del poder, los distintos usos del poder y las diferentes caras del poder.
Marty Rhinehart, el dueño de la editorial que pagó diez millones por las memorias de Lang, quiere que el libro sea escrito en territorios estadounidense y no en Inglaterra; el que paga la música manda el baile, dice el dicho.
Cuando se destapa la demanda en el tribunal Penal Internacional contra Lang por crímenes de guerra, los abogados de Rhinehart exigen que el inicio de las memorias sea justamente con ese caso y el descargo del ex primer ministro. Eso convertiría el libro en un superventas inmediatamente.
El libro abarca dos ejes; uno es el escritor contratado para darle forma a las memorias del ex primer ministro del Reino Unido Adam Lang y dos, los hilos que realmente manejan el poder en la política.
Adam Lang, mientras fue primer ministro ostentaba un poder ilimitado; pero una vez que dejó el poder, vive en una casa prestada y viaja en un jet de alta gama o un Auto blindado prestados; ha perdido el estatus y sus privilegios. Ahora tiene que desnudarse, figurativamente, para vender sus memorias.
Richard Rycart, el ex ministro de exterior del Reino Unido, acusó a Lang de crímenes de guerra por detener a cuatro terroristas y entregarlos a Estados Unidos. Sin embargo, queda claro que a Rycart lo impulsa la envidia más que la empatía por el pueblo inglés.
El ghostwriter poco a poco va adoptando la vida de Mike McAra, su predecesor muerto; sin esperarlo empieza a percibir los mismos aromas de su habitación y de su ropa en sí mismo, sin buscarlo utiliza el todoterreno que usó McAra el último día que estuvo con vida y sin pretenderlo hace el último recorrido registrado en la memoria del GPS mientras maneja el Ford.
Cuando llega al destino destino final y se entera de quién fue en realidad la última persona que vió a McAra con vida, deseó no haberlo sabido nunca. Descubre el verdadero poder en la sombra y entiende que su destino será el mismo que el de McAra.
Ahora, sucede algo interesantísimo con este libro, lo que estamos leyendo es en realidad otro manuscrito; una especie de bifrontismo literario; una obra que esconde otra en su interior.
Es decir, en una cara los editores pagan una millonada por las memorias de un personaje público que no las escribe y en la otra cara el libro que leemos lo escribió el ghostwriter propiamente, contando su experiencia como escritor fantasma en su último trabajo, pero para publicar el libro con su propio nombre, tuvo que pagar un altísimo precio. Mucho más que diez millones de dólares.
Y este juego literario; esta especie de palíndromo, no se encuentra en la película. Es un recurso dramático que decidieron no utilizar en la producción cinematográfica, que aunque es muy buena, carece de este pivote final.
Debo decir que el libro supera, por mucho, a la película. Lástima que la película no termine igual que la novela porque curiosamente el final, en este libro, es de película.